viernes, 16 de agosto de 2013

Este blog va dedicado a mis hijos. 

Empezamos en Roncesvalles el 4 de julio de 2009



Y llegamos a Santiago el 12 de julio de 2013




martes, 12 de julio de 2011

Nos despertamos con la esperanza de que los pies de Javier se hayan recuperado y poder seguir adelante. Todo lo contrario. El izquierdo no lo puede calzar siquiera de la hinchazón, que no ha respondido al tratamiento de ayer. La verdad es que no sabemos el origen, cada uno dice una cosa, lo que está claro es que no puede hacerse la tirada hasta Burgos.
Hay que decidir. Lo acompañaré hasta el pueblo más cercano con parada de autobús. "A 3 km casi de camino a Burgos", me dice un espabilao, qué cachondo. Javier nos esperará en la catedral y yo retomo el Camino intentando no retrasarme demasiado.
El pobre tiene que hacerse estos pedregales en chanclas, con la sensación de que atrás queda algo más que un problema en los pies.

Un día de soledad no viene mal. En tierra de nadie, con un horario desfasado, tampoco hay peregrinos que cruzarse.

Voy reconstruyendo los días pasados, intentando releer las señales para darles una nueva interpretación y ver si consigo encajar el puzzle. No estoy muy conforme con este desenlace, demasiadas tensiones. 
Y venga adrenalina, como siga a esta marcha me cargo la suspensión. 
En la foto, el primer plano está sombrío, más adelante la luz. Espero que  mi cabeza también funcione así: pasar este trago amargo e iluminar los próximos días, aunque un nubarrón me acompañe.

Al llegar a Burgos la historia ha cambiado. Una vez comprobado que Javier ha llegado bien, que Vicky se lo ha encontrado, pasadas las quejas de si la entrada a Burgos era la buena o no (cuando el Camino es duro suele hacer falta un culpable), resulta que es el cumpleaños de Juan, por eso ha venido Vicky. 
A celebrar toca. Se retrata con una comilona en un sitio apañao. ¡Ole! ¡Feliz cumpleaños!

Con la tripa llena y algunos con sus arrumacos, volvemos a la realidad.

No llegaremos a saber qué le produjo la infección.

Después de media tarde en el hospital , toca despedirse. Javier se vuelve para Madrid, esta vez en coche. Despierta cierta envidia, lo ha conseguido.


lunes, 11 de julio de 2011

Madrugón. Lo que cuesta estirarse recién levantados. La verdad es que uno nunca piensa por qué lo hace. Es algo animal, sabemos que tenemos que recoger las cosas, tomar algo, cargarnos la mochila y salir pitando. Sin razonar, esto es así. Tal vez cuando estemos algo más despiertos podamos explicarlo.


Las nieblas mañaneras ayudan a no ver demasiado lejos, nos envuelven, prolongamos el sueño. En la foto no es que haya mucha niebla, pero la frase ha quedado bien.

Otra cosa es el asfalto, recto y duro, se come las suelas, castiga las articulaciones.

Aquí paramos (tengo que recordar cómo se llama) a "desayunar": unos platos con huevos fritos, patatas, morcilla y chorizo, en un hotelito muy fino, de esos que no son para peregrinos. Juan y yo de postre un orujazo que lo que viene después es una buena cuesta.

Y tan buena. Nos cruzamos a un tipo en un tractor que nos cuenta que hace poco tuvo que venir un helicóptero a llevarse un peregrino al que le había dado un patatús en las pendientes. Lo normal, también nos encontramos una especie de mausoleo con piedrecitas y una placa dedicada a un peregrino japonés.
Por lo menos hay sombra.

Y cuando no, si se ha perdido la gorra, ya tenemos alternativas. Javier va fastidiado, yo creía que era del sol. Le está molestando una zapatilla, y aunque se la ha sacudido varias veces para vaciarla de chinas, la cosa no está clara.

El tío es duro, se lo va callando. Por otro lado, Juan también tiene lo suyo.
Esto es San Juan de Ortega, mucho calor y ya es tarde. Como aquí no hay más que moscas, decidimos seguir hasta Atapuerca con la duda de si están los pies para ese esfuerzo.

Y Celia, como si nada, siempre la sonrisa puesta. Juan y yo lo celebramos por la tarde con un gintonic.

domingo, 10 de julio de 2011


¡Salimos! Hemos esperado dos años en volver y este se nos ha quedado Pablito, sentimientos encontrados. Cuando íbamos a empezar en 2009 de Roncesvalles, Iván se rompió un brazo días antes. El año pasado lo de Javier. Al fin (casi) todos juntos. Isa que se nos unía los dos primeros días se ha quedado con Pabli.
No hay dos años ni dos días iguales en el Camino.

Como es la primera vez que vamos juntos hay cierta inquietud. ¿Cómo nos llevaremos?¿andaremos al mismo ritmo? ¿comprenderemos las particularidades de la otra familia? Ilusión ante todo.

Es el tiempo en que los pequeños gallos querrán medirse con los dominantes. No hace falta empezar atacando, sólo dejarse notar.

La meseta nos hace pequeños.

Cambio de provincia y comunidad autónoma. Pasamos a la de Burgos, otro hito. Se ven ya las asociaciones de fuerzas. Hay un tímido juego que consistirá en poner a prueba, tensar la cuerda, los padres somos el objetivo.

Tenemos nuestros recursos, Juan y yo nos vamos alternando.

El primer día ya hay alguna marca de la que estar orgulloso. Se está bien con los colegas.

Caen rotos, como de costumbre.

Las crónicas de Iván, Celia y Dani:


sábado, 9 de julio de 2011

¡Ja! Hemos llegado a Nájera. Desde aquí saldremos con los Corral. El año pasado ellos terminaron en Santo Domingo de la Calzada; nosotros en 2009 hasta Logroño. Como esto está en el punto medio, nos saltamos una etapa y ellos repiten la última suya.
Este año no ha habido peluquería peregrina, vivan los flequillos.

Viky se ha encargado de reservar sitio para la salida, pegadito a la estación de autobús.

Estamos muy ilusionados, va a ser muy divertido ir en pandilla.

Todo tiene buena pinta. No, a la vuelta de Londres los pies de Pablito no están para tonterías.

Yo, talibán, me empeño en que hay que intentarlo, está unos días con chanclas a ver si mejora, incluso hace la mochila y se viene con el resto. Pero no va a poder ser.

Isa conoce buenos remedios para la desilusión

Que funciona

Más o menos


jueves, 1 de julio de 2010

En 2010 no hemos podido salir. Javier está pegando el estirón. Sus músculos y huesos crecen cada uno a su aire. Ha llegado a caerse en la calle y no ha podido levantarse sin ayuda, anda chepado. Preocupados todos cambiamos el Camino por la playa y mano de santo (no sé si la propia del apóstol).
¿Qué nos pasará el año que viene?

viernes, 10 de julio de 2009


De vuelta a casa. Hoy nos hemos levantado más tarde, a las 8 por lo menos. Los cuerpos ya se van relajando. El Camino nos ha marcado, véase si no el "moreno del peregrino" que lucimos en los tobillos.
 A tope.